lunes, 8 de noviembre de 2010

iKISSa Army Alive I

En 1994 nos enteramos que Kiss venía a dar un concierto por primera vez a México, sin pensarlo dos veces nos apuntamos; Víctor, Charly, el Caballo, el Sapo y yo, caballo de 23 años, el sapo de 14 y el resto de 17, esto no podría haber sido posible sin la ayuda de mi papá, gustoso del desmadre y de hacer realidad el sueño de 5 pubertos, conseguimos una tarjeta de crédito prestada y compramos los boletos.
Viajamos un día antes en Ado, era nuestra primer ida al DF a un concierto y a mi papá se le ocurrió que irnos en metro a el hotel era buena opción, la mayor acumulación de gente que conocíamos era la cola de las tortillas y nunca nos imaginamos como era la estación San Lázaro a las 7 am,  llegamos a los andenes y creo que mi papá viendo nuestras caras de Florinda Meza gritando  ¿Ohhh y ahora, quién podrá defendernos? nos reunió a todos y nos dio un consejo;  vamos a tratar de meternos agarrados todos al mismo tiempo al vagón del metro, no se suelten, si alguno no alcanza a subirse, se queda en ese mismo lugar y yo regreso por el, esas palabras nos dieron tranquilidad y desesperación a la vez al pensar, en la madre, se va a poner cabrona la subida y dicho y hecho, las puertas se abrieron y empezó la batalla de los 300....150 changoleones queriendo subir y 150 queriendo bajar, neta que los Spartans se quedan pendejos en el metro de la ciudad de México….El balance fue positivo solo el pobre Sapo entre sobacos y traseros casi se nos queda fuera, fue el ultimo en subir, poco a poco el vagón se fue vaciando hasta que llegamos al hotel del Bosque, hicimos check in para 2 habitaciones, una para mi papá y para mi y otra para los otro cuatro, entramos todos a nuestras habitaciones para instalarnos, no habían pasado ni 15 minutos cuando tocan a la puerta, mi papá  yo fuimos a asomamos por el huequito de la puerta y vimos al Sapo con su mochilita parado afuera de nuestra puerta. Sapo, ¿Qué pedo?, nada, ¿me puedo quedar aquí?, es que me corrieron estos cabrones…¿y eso? Es que me apestan las patas, en ese momento la repartición de los cuartos quedó 3 en uno y 3 en otro.
Ya instalados fuimos a comprar cervezas, un pomo de Bacardí añejo, aguas, hielos y refresco para empezar a calibrarnos para ir al concierto, no duramos mucho “calibrándonos” ya que queríamos llegar temprano al palacio de los deportes para conocer el foro y ver si teníamos suerte y escuchábamos el sound check, fue en la comida de ese día cuando mi papá nos llevó a unos tacos de carnitas justo afuera de la glorieta de insurgentes, desde ese momento adopté el lugar como unos de mis favoritos y trato de ir cada vez que puedo. Ya afuera del palacio, íbamos caminando por la banqueta cuando mi papá de la nada, sale corriendo unos metros, se trepa a las rejas del palacio y con desesperación azotando la reja  grita “Gene Simmons quiero verteeeeeeeeee”….ese grito quedó inmortalizado, mi papá se había ganado aun mas a mis amigos y mis amigos le habían perdido el respeto.
El momento del concierto llegó, con Victimas del Dr. Cerebro como teloneros comenzamos a bailar el esqueleto hasta que apagaron las luces y se dejaron sonar los primeros tamborazos de “Creatures of the night”…esa noche no la podré olvidar jamás.
Y así fue como un 8 de septiembre del ´94 por primera vez vi a Kiss y por primera vez fui a un concierto en el DF, recuerdo que quedé impresionado por lo grande del foro, en realidad quedé impresionado de todo. Con Gene Simmons, Paul Stanley, Bruce Kulick y Eric Singer en la alineación por fin cumplimos un sueño, ver a KISS en vivo, aunque sea sin maquillaje.
Regresamos al hotel a pegarle a la botella de Bacardí que habíamos comprado, ese día estaban pasando en la tele la película de Woodstock, no había mejor forma de cerrar el día del concierto de Kiss, con mis amigos (mi papá incluido claro), un trago y una buena película. De esa peda no voy a mencionar el nombre de alguien que tiró su truza desde la ventana de la habitación del noveno piso para que cayera en un asta con la bandera de México, hubiera sido mejor historia si el wey le hubiera atinado, estuvo a escasos centímetros de caer colgada y de convertirse en niño héroe. El viaje terminó y ya de regreso en Coatzacoalcos no dejábamos de platicar lo bien que la pasamos y las historias que nos marcaron en ese viaje. La Ikissa Army comenzaba a escribir bien su historia.

3 comentarios:

  1. jajajaja, lo mejor son las patas apestosas del Sapo, jajajajaja.

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  2. Jajajaja!!
    You had me at "Florinda Meza"
    Jajajajaja!!

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  3. Ah, y con "la batalla de los 300" me solté una carcajada que hizo voltear a las de la oficina jajaja!!

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